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domingo, 10 de octubre de 2010

La Depresión...

Para mi son esos momentos en los que paso mucho tiempo solo, sin amigos ni nadie con el que haya hablado, en todo ese tiempo pienso en toda mi vida y pienso que la de todos los demás es mejor que la mía, que mis sueños nunca se cumpliran y que la vida en general no es mas que una sucesion de frustraciones que no llevan a ninguna parte. En las depresiones me amargo por que pienso que seré un amargado siempre, comienza incluso a dolerme la garganta; también pienso que la gente de alrededor solo me apoya y quiere por tener a otro aliado en el que apoyarse cuando ellos esten mal: o débiles o viejos.
Muchas veces tengo crisis depresivas, algunas tan fuertes como para quedarme tirado en el sofa llorando intentando dormir, cada vez que pienso en esos momentos es una puñalada contra mi felicidad y por ello quiero estar el maximo tiempo posible jugando, viendo la tele o durmiendo en los casos mas graves; la mayoría de estas veces no me apetece ducharme, afeitarme, vestirme e incluso a veces comer, por ejemplo recuerdo que una vez llegué al frigorífico, lo abrí y volví al sofa a tumbarme a mirar el techo, volver al frigorífico porque el cuerpo me lo pide cogiendome la barriga porque me ronronea y entonces echarme a llorar con la puerta del frigorífico en la mano, al final, me dormi en la cocina, cuando desperté, me tome a morro y sin ganas un bote de leche y lo que quedaba de horchata, entonces volví al sofa y me dormí otra vez. Me ocurren de vez en cuando y la mejor solución para ello es salir a charlar con los seres que te quieren, hacer cosas que te demuestren que eres productivo, como cocinar, fregar, limpiar, ordenar, salir a comprar cosas que falten, osea casi cualquier cosa. Pero lo más curioso de este asunto es que aunque lo sepa sigo cayendo en depresiones, diciendome a mi mismo que no valgo para nada una y otra y otra vez, viviendo esa inseguridad de salir a la calle o de conectarte al chat porque tu mente te hace pensar con mucha seguridad que nadie te quiere, que no vales nada y que salir a la calle será horrible porque todos se reirán de ti cuando vean como actuas y como vistes; En eso que tu cabizbajo, remoloneas delante de la puerta de salida, llegas a la panadería, compras el pan sin mirar a los ojos a la dependienta con miedo al rechazo y vuelves a casa con una sensación áspera de imaginariamente haber sido violado tanto por ti mismo como por ella, por ser tan tímido, por ser depresivo, pero esta experiencia no mejora el que vuelvas a salir a la calle, no hace que te sientas mal, tristón, apagado y finalmente depresivo otra vez, lo que crea más inseguridad y al fin, que la depresión y la timidez sean crónicas.

No te engañes, vales mucho, vales más que la gente que ahora es más feliz que tu, ¿acaso no te mereces ser tu también feliz? me digo ante el espejo, ¿conseguir tus sueños? mirar al pasado y decir: "Soy más feliz"

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